lunes, 1 de septiembre de 2008

Encuentro con Dios.


Hola, te invito que leas: Jeremías 24:7

Muchos de nosotros hemos sido bendecidos con amigos íntimos. Imaginemos que nunca pasáramos tiempo juntos, sino que sólo pensáramos y habláramos de lo maravillosas que son esas personas especiales. ¿No sería absurda esa conducta? Pero eso es lo que hacen algunos cristianos. A pesar de saber mucho de Dios y de la Biblia, se privan del compañerismo con el Padre celestial, el mejor amigo que cualquier persona puede tener.

Es posible llenar nuestras vidas con información y actividades espirituales, las cuales son buenas, pero también dejar de tener una relación íntima con el Señor. Hágase un rápido inventario para ver si esto se aplica a usted. ¿Asiste a la iglesia sólo por deber? ¿Al orar utiliza palabras repetitivas, en vez de hablarle a Dios con el corazón? ¿Sirve sólo por un sentido de obligación?

En la Biblia leemos acerca de muchas personas cuyo encuentro personal con Dios fue renovador y transformador. Abraham, Gedeón, Moisés y Pablo son sólo algunos de los que hablaron con Él de manera personal (Gn. 7:4; Jue. 6:12, 14; Ex. 3:2; Hch. 9:3-6). Aunque quizá nosotros no esperamos tener tan dramáticas experiencias hoy, todos los creyentes deben, tener momentos preciosos, íntimos, con Dios; cada vez que abrimos la Biblia y le pedimos al Espíritu Santo que ilumine su significado, podemos saber directamente de nuestro Padre celestial.

La Biblia nos dice: "Acercaos a Dios, y él se acercará a vosotros" (Stgo. 4:8).


La intimidad con el Señor exige tiempo y resolución. Comience ya dedicando una parte de su día al encuentro con su Amigo.

Que Dios les bendiga.


Patricio.

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